¡Bienvenidos al curso lectivo 2022!
Con mucha alegría e ilusión empezamos este nuevo año, después de dos años de pandemia en donde gracias a la gran capacidad de adaptación que Dios nos dio, aprendimos a vivir una nueva realidad. Nuestros hijos siguen creciendo y necesitando la mejor formación de parte de nosotros -sus padres- que debemos estar siempre preparados y formados -no sólo informados- ante los retos actuales de este nuevo mundo pos-Covid que nos ha tocado vivir.
Sabemos que debemos seguir cuidándonos y que la virtualidad, el teletrabajo y las pantallas se han hecho parte de nuestro día a día, pero esto no significa que podamos dejar de aprender cómo ejercer esta tarea tan maravillosa y la más importante que tenemos entre manos: ¡ser padres! Y no realizarla de cualquier forma, si no ser los mejores padres que podamos ser, los que nuestros hijos necesitan y los que la sociedad de este siglo XXI requiere.
Los que en el 2021 tenían bebés o al menos chicos menores de 3 años, se dan cuenta de cómo sus tesoros han cambiado tan rápidamente. Ya no son tan pequeños y ahora empiezan como niños grandes a hacer berrinches o a demostrar autonomía, independencia y un carácter más definido y determinado que muchas veces choca con lo que les decimos: ¿qué hacer? ¿Cómo educar en obediencia, orden, generosidad, sinceridad y tantas virtudes que vemos que ya se vuelven fundamentales?
Los que el año pasado tenían niños escolares de 9-10 años, ahora de pronto empiezan a ver cómo sus bellos hijos se van convirtiendo en preadolescentes y podrían no ser tan bellos como hace unos cuantos meses… Tuercen los ojos, todo lo discuten y lo cuestionan y de pronto no es tan fácil ser papás y mantener la paz y la ecuanimidad en la casa cuando contradicen lo que siempre habían aceptado… de nuevo: ¿qué hacer? ¿Las reglas de pronto cambian? ¿Ahora cuáles son?
Y los que tenían preadolescentes en el 2021 de pronto ya tienen adolescentes consagrados bajo su techo… Algunos gracias a Dios ven como sus hijos siguen siendo amables, alegres y con buena actitud gracias a su forma de ser y carácter, pero tal vez otros han visto agravarse ciertas situaciones, que les discuten todo o no hay forma de que se puedan comunicar y entenderse… y de nuevo surgen algunas inquietudes: ¿cómo seguir educando a mi hijo en plena pubertad en un ambiente de libertad y confianza? ¿Ya está grande y no debo preocuparme más por formarlo? ¿Será cierto que ya a los 15 años dejamos de formar y no hay nada que hacer?
Para estas dudas y otras que nos van surgiendo a lo largo del camino: ¿lo estaré haciendo bien? ¿Soy el mejor papá y/o la mejor mamá para mis hijos? O al menos para tener paz y asegurarnos de que vamos bien, desde Building our Family queremos acompañarlos y ayudarles en la formación de sus hijos con charlas a lo largo del año y de acuerdo a la edad de sus hijos.
Porque al final todos queremos formar a nuestros hijos de la mejor forma, lograr que lleguen a realizarse como personas buenas, seguras y sobre todo felices… que dejen huella en este maravilloso mundo. Queremos ayudarlos a convertirse en la mejor versión de sí mismos y que se conviertan en adultos con una vida maravillosa porque les dimos las herramientas necesarias para buscar su lugar en este mundo y su razón de ser que los lleve al Cielo, que al final es lo único que realmente importa. Es la mejor herencia que podremos dejar a la sociedad: ciudadanos maduros y equilibrados, que puedan convertir este mundo en un mejor lugar para todos.
¡Los esperamos!
María José de Sas Rosero
Directora Building our Family
Colegios ADEC